miércoles, 23 de abril de 2008

Puedo prometer y prometo

Puedo prometer y prometo que el tiempo en Bélgica es un misterio divino. Ayer estuvimos de manga corta por Bruselas, sí sí, de manga corta, yo era muy feliz por poder lucir el palmito y por poder disfrutar de unos rayitos de sol. Así pasó, que Erica no quería creer que aquí hace un tiempo de pena... pero hoy ha tenido que tragarse sus palabras, porque en Lovaiana nos ha caído encima todo el agua que falta en Barcelona.

El recorrido turísitico se ha visto un poco perjudicado por la intensa lluvia, sin embargo después de salir de la catedral (donde una amable feligresa nos ha explicado la susodicha) había parado, así que nos hemos ido a visitar algunas cosillas -aunque sin matarnos-.

Porque para matada ya tuvimos ayer bastante. Vimos toda la zona medieval de Bruselas en una tarde. Esas calles por las que aún no he pasado en los meses que llevo aquí y que estoy segura de que no volveré a pasar... Más tarde nos fuimos a un concierto para el que Erica me había hecho comprar entradas, dudando de sus gustos musicales al final estuvo bastante bien. Cuando llegamos los pobres teloneros debieron deprimirse un poco, porque no llegaban ni a diez personas las que había en el reciento. Poco a poco se fue animando, aunque está claro que no se llenó el aforo. Otra prueba inequívoca de que los belgas son unos sosos. Al final acabamos hablando con un murciano que llevaba 15 años trabajando de investigador físico en la UE, un tipo peculiar sin duda que acabó llevándose el set list del concierto como un fan quinceañero.

Así que nada, mañana nos vamos a Gante y a Brujas, espero que no nieve, porque ya se sabe, aquí tan pronto hace sol, como llueve o graniza. Espero que las zapatillas agujereadas de Erica aguanten unos días más.

2 comentarios:

Superbaturra dijo...

Anda que a Erica ya le vale, irse con las zapatillas llenas de tomates...
Se tenía que haber llevado unas buenas catiuscas.
Por cierto, sí, soy una comeflores. Y qué??
Paz y besos

José Ramón Grela dijo...

Como el cacharro ese suene de verdad los vecinos tienen que estar hasta el gorro!