
Porque para matada ya tuvimos ayer bastante. Vimos toda la zona medieval de Bruselas en una tarde. Esas calles por las que aún no he pasado en los meses que llevo aquí y que estoy segura de que no volveré a pasar... Más tarde nos fuimos a un concierto para el que Erica me había hecho comprar entradas, dudando de sus gustos musicales al final estuvo bastante bien. Cuando llegamos los pobres teloneros debieron deprimirse un poco, porque no llegaban ni a diez personas las que había en el reciento. Poco a poco se fue animando, aunque está claro que no se llenó el aforo. Otra prueba inequívoca de que los belgas son unos sosos. Al final acabamos hablando con un murciano que llevaba 15 años trabajando de investigador físico en la UE, un tipo peculiar sin duda que acabó llevándose el set list del concierto como un fan quinceañero.
Así que nada, mañana nos vamos a Gante y a Brujas, espero que no nieve, porque ya se sabe, aquí tan pronto hace sol, como llueve o graniza. Espero que las zapatillas agujereadas de Erica aguanten unos días más.
2 comentarios:
Anda que a Erica ya le vale, irse con las zapatillas llenas de tomates...
Se tenía que haber llevado unas buenas catiuscas.
Por cierto, sí, soy una comeflores. Y qué??
Paz y besos
Como el cacharro ese suene de verdad los vecinos tienen que estar hasta el gorro!
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