Cuatro días y dos exámenes. Hoy me he quitado el de Presse et publicité de encima y creo que me ha ido bastante bien, a pesar de haberme atascado bastante para explicar en el análisis del anuncio (el examen era oral) que se trataba de un coche familiar, ya que era una ranchera en vez de una berlina, con un gran maletero y asientos espaciosos. Vamos que si el examen hubiera sido en castellano me habría salido de diez, pero qué le vamos a hacer, para aprobar (un seis o un ocho, depende de cómo corrija), me da segurísimo.
En realidad esta información es superflua. He aquí lo que de verdad queréis saber. Llego al examen a las ocho y media de la mañana y veo a todo el mundo en traje y corbata, pienso para mi "¿serán hoy las fotos de la promoción?", pero no, resulta que a los exámenes orales en la HECE se va así, bien 'arreglao' para dar buena impresión al profesor. Cuando he visto a un chaval con traje, una camisa hawaina y gafas de sol casi me caigo al suelo de la impresión, parecía recién salido de Miami Vice. Por no hablar de unos cuantos que llevaban un traje que era del padre sí o sí y les quedaba como tirado de un quinto piso. Total que me planto yo en vaqueros y con mis super deportivas plateadas. "Es mi fin", me he dicho, ya que por mucho que llevara una camiseta de Pedro del Hierro yo no podía superar en estilo a mis compañeros de clase. Así que me dispongo a subir cagadita de miedo con mi 'look sport', y resulta que las españolas no estábamos en las listas. Esto me ha dejado un margen de dos horas para ir a casa y cambiarme... ¡un golpe de suerte! ¡en Bélgica! Parecía increíble... el problema básicamente está en que en el último viaje a Barcelona llené la maleta hasta los topes para ir llevándome cosas, y como resulta que en cuatro meses no me he puesto zapatos ni camisas monas más arregladas pues me lo llevé todo allí, que para una semana que me quedaba no los iba a necesitar. Total, que me he plantado ahí con un jersey de cuello alto sin magas, unos pitillos y las botas de tacón ¿Ya os he dicho el buen tiempo que está haciendo en Bélgica? ¿Que a las ocho de la mañana había 20 grados? Casi me muero de calor, como he echado de menos mi abanico.
Mañana tengo otro examen oral de Psicología, así que me tocará volver a cocerme aunque me ponga cualquier otra cosa. Pero da igual. Todo da igual. Ya ni me importa si apruebo o no, si hace calor o diluvia, si la cocina de mi casa parece una distribuidora de cerveza por la cantidad de botellines acumulados que hay o si el paro de los transportistas llega al norte. Ahora lo único que me importa es que me quedan cuatro días para marcharme. Creo que en esta semana terminaré todas las entradas del blog con esta frase.