martes, 20 de mayo de 2008

La mala educación

Hoy me voy a permitir subir dos entradas al blog, porque como sé que os gusta el morbo pues aquí estoy. Después de una agradable cena con Syed preguntándome por el Chiki Chiki, que le había hecho mucha gracia cuando lo había visto por Internet, me he ido a mi dormitorio a echar un vistazo a los apuntes de Photoshop porque mañana tengo examen.

Había silencio, lo cual me ha sorprendido, pero he dicho ¡¡bien!! mañana no me quedaré dormida por las calles. Pero a veces me pregunto cómo puedo ser tan ingenua. Mis compañeros de casa no sólo son unos maleducados, son una retaila de calificativos que me parecen demasiado fuertes como para dejarlos por escrito en un medio público (no sea que nos lean los niños, y aquí no hay horario para menores).

He salido, muy amablemente -o conteniendo mi cabreo, que ya es algo- a pedirles que por favor dejaran de jugar al billar y que como mínimo quitaran la música que está a todo trapo, que mañana tengo un examen. Pero eso no importa, aunque puedo entender por qué. El sistema de paro de Bélgica es curioso, puedes estar cuarenta años desempleado y el Estado sigue dándote pasta. Ese es el motivo por el cual estas dos desgraciadas viven única y exclusivamente para hincharme a mi las narices. No trabajan, no estudian, no hacen nada. Nada más que molestar, por supuesto, que es una ocupación que como mínimo requiere tiempo -aunque creo que poco esfuerzo-.

No sólo voy a llevarme la bola negra y la blanca, sino que además voy a coger el único palo que les queda y lo voy a tirar en el primer descampado que vea. Voy a echar vinagre en la leche que me sobre. Voy a dejar abierto un sobre de jamón durante quince días antes de irme para que le salgan hongos al que se lo coma. Voy a mezclar con lejía mi suavizante para que se les estropee la colada al que me lo roba. Puede que mañana llame a mi casero para amenzarlo con ir a un abogado, ya que le gustan tanto, si no cumple con su contrato de que a partir de las diez de la noche deje de haber ruidos. Voy a poner una crítica negativa en la página de Internet donde encontré la casa. Y ahora mismo no se me ocurre nada más, pero espero encarecidamente que uséis el apartado de comentarios para darme más ideas, todas que pueda dejarlas hechas antes de irme, no sea que levantando el hacha de guerra me salga el tiro por la culata. Todos los que me leéis pero no dejáis mensajes -que se que los hay- espero que en esta ocasión sí que lo hagáis para desmotrarme que en la USJ podemos ser creativos, muy creativos, si no en publicidad al menos a la hora de devolver putadas (mecachis, al final lo he dicho, pero no se me ocurría un sinónimo que transmita mi estado anímico).

Lo dicho. Espero listas de malévolos planes para fastidiar a la población francesa y belga que habita en esta casa del terror.

Ya ha salido el sol

¡¡¡Sí!!! Me han cambiado el examen al día 12... sin suplicar, ni ponerme de rodillas, ni hacer ningún puchero. Le he explicado a la mujer la situación y me ha dicho que no había problema en cambiarme el examen, que fue ella la que había hecho el chachullo de las fechas así que no me preocupara. Quién iba a decir que esta mujer, la que nos sugirió que dejáramos Contabilidad para meternos a Marketing, era la que finalmente me haría un favor. Estoy encantada de la vida, encima he sacado un 7 en el parcial y teniendo en cuenta que me entero de la mitad de las cosas que explica estoy dando saltos de alegría.

Además hoy mis vecinos me han dejado dormir porque anoche se quedaron viendo Anatomía de Grey y para eso no hace falta armar mucho escándalo. Estuve a punto de quedarme yo también, pero entonces vi al doctor Burke y comprendí que era un episodio muy antiguo (lo echaron de la serie por llamar "maricón" a otro actor del reparto hace una temporada). Por el contrario estuve hablando un rato con Syed, el pakistaní, que está también hasta las narices de la gente de la casa y está buscando una para comprarse. Lo cierto es que nunca he entendido muy bien qué hacía aquí viviendo un ingenierio informático de la UE de 40 años... Pero bueno, mañana me llevará al aeropuerto y como tiene que ir a una reunión en Barcelona lo llevaré a hacer el guiri por la ciudad condal.

Y hoy ha vuelto a hacer mejor tiempo. Desde luego no como para salir en bañador al jardín, ni mucho menos, pero hace sol y eso siempre alegra un poco la vista. En mi sótano oscuro hasta corro la cortina y entra un poco de luz de la calle, estoy que no quepo en mi de gozo.

Y lo último pero no menos importante para que mi estado anímico esté mucho mejor, a pesar de seguir muy pobre (¿por qué no me darán el dinero de la Erasmus ya en vez de a la vuelta?) es que he llegado a la última pantalla del juego de bailar de la DS. Vale, muchos no me comprenderéis, pero la primera vez que lo usé Erica me dio tal paliza que me prometí que la próxima vez que la viera iba a tiritar, y te reto: "Estoy en la última pantalla del nivel difícil, ja, cuando quieras echamos una partida".

PD. Estaré hasta el día 9 de junio en Barcelona, donde obviamente no tengo Internet, así que sé que sufriréis sin poder leerme. Este finde voy a Zaragoza a seguir quitándoles carcoma a mis futuros muebles, ¡¡llamadme para echar un café cuando salgáis del examen!!

lunes, 19 de mayo de 2008

Hay días que mejor sería no levantarse de la cama

Definitivamente mis vecinos no me han dejado dormir en toda la noche. Ahora soy un deshecho humano y no quiero más que irme a la cama. Pero es la hora de comer, así que la cocina está llena y mis posibilidades de quedarme dormida bastante menguadas... Esperaré un rato hablando por el Messenger a ver si se marchan de una vez, porque digo yo que se dedicarán a algo durante el día ya que no lo hacen durante la noche.

Estoy cansada y me voy quedando sopa por las esquinas. Pero un hecho desagradable me ha despertado de golpe. Resulta que me dieron la hoja de exámenes en la que ponía bien claro que el primer examen que tenía era el día 10. Me aseguraron que en principio no tenía que haber ningún cambio, así que me compré un billete de avión para irme del día 21 de mayo al 9 de junio a Barcelona. A estrenar mi casa de una vez, quedarme allí unos días y poder sentirme que ya estoy allí, que no son más que unos días de vuelta a Bélgica.

Pero no. De repente veo que el examen va a ser el 5 de junio. El cinco... Eso supone que tengo que volver el 4 a Charleroi y hasta el 16 de junio no voy a España. Hay una super promoción y podría venir por 10€, tasas incluidas, pero tantos días aquí seguidos y sin ni siquiera tener clase me van a matar.

Además estoy paupérrima. No me llega ni para volver a España conduciendo, porque los conductores sabréis que el precio del Diesel en los últimos cuatro meses ha subido cosa de 30 centímos por litro, así que lo que fueron 200€ de ida van a ser 300€ de vuelta.

Como veis ha sido un gran día. Un gran, gran día. Además ha vuelto a hacer fresquillo y ya no puedo ni consolarme saliendo a tomar el sol al jardín. Espero que mañana amanezca más despejado en todos los sentidos.

domingo, 18 de mayo de 2008

Odio el billar

Son las doce y cuarto de la noche. Me hierve la sangre del cabreo y del dolor de cabeza y no puedo hacer nada excepto cometer un homicidio múltiple. Y eso es ilegal, además son muchos, podrían conmigo.

Mis vecinos están jugando otra vez al billar. Hay una gritona que hace de mi vida belga un calvario aún mayor. Se me clava su voz en la cabeza y me martillea durante unos segundos después de haberse callado. Tiene un tono agudo y desagradable, ha debido meter una bola, porque vuelvo a oírla alto y claro.

Además se les ha acabado el CD, que amortiguaba un poco el sonido de las bolas al chocar. Supongo que me pondré mi música, a ver si sirve de algo... los tapones de silicona ya ha quedado demostrado que no son suficiente.

Al menos no me han tirado la colada al suelo cuando se me ha acabado la lavadora. Debería sentirme afortunada por no tener que poner por segunda vez la ropa a lavar. Eso sí, la tengo toda extendida por mi cuarto porque si la pongo en el tendedero el peligro de que algún listo quite mi ropa para poner la suya se eleva de forma exponencial. Erica tiene razón, cuando me marche voy a dejar mi suavizante mezclado con lejía, para que se le estropee toda la colada al desgraciado que me lo manga. Y no me da ninguna pena.

Encima mañana es el único día de la semana que tengo que madrugar para ir a clase. Pienso echarme una siesta de dos horas cuando vuelva.

Lo que tengo claro es que no pienso fregar ni un solo plato hasta que me vuelva a ir el miércoles. No me he vuelto una cochina en estos meses. Es que no me da la gana, no sea que les ayude en algo, y entonces sí que me sentiría mal.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Como está el mundo

Esto no es una hazaña belga. En realidad ni siquiera tiene que ver conmigo, pero no he podido dejar de publicar una entrada sobre el tema.

La semana pasada un huracán en Birmania dejó 15000 muertes a su paso, además de heridos, desaparecidos y desplazados. Las autoridades no dejaron que la ayuda internacional llegara a tiempo, lo que empeoró aún más la situación. Hoy un informe de la ONU alerta de que la situación puede repetirse en esta semana...

Hace dos días China sufrió un terremoto. Deja un saldo de 12000 muertos y 16000 desaparecidos. La catástrofe tiene tal magnitud que todos los países están enviando ayuda, a pesar de su oposición al régimen chino, al igual que pasa en Birmania.

Ayer hubo un atentado en la India. Sólo hubo 60 muertos. Sólo. La noticia no ha durado en las portadas de Internet ni dos días. Es el pan nuestro de cada día.

Hoy ETA ha vuelto a matar. Han colocado una bomba en una casa cuartel de la Guardia Civil y ha resultado muerta una persona, además de cuatro heridos. Seguro que esto trae cola. Los partidos políticos se separarán más aún y no se llegará a ninguna solución, como lleva pasando desde hace 30 años.

No hablemos de Irak, Irán o Korea. No hablemos de Afganistan ni de Argelia. Lo de África mejor ni lo mencionamos, no sea que alguien se entere de cómo está la cosa. Yo no sé qué le pasa al mundo...

lunes, 12 de mayo de 2008

Ver para creer

Ayer llegué a Gosselies después de pasar unos días en Zaragoza. Hoy es fetivo aquí, sin embargo los de Ryanair pretendían cobrarme la friolera de 189€ más tasas sólo de vuelta si regresaba el lunes en vez del domingo, así que está claro cual fue mi decsión.

Cuando bajé por la escalerita del avión me di cuenta de que hacía bastante mejor tiempo que en España. Bastante, bastante mejor. Así que empecé a maquinar mentalmente cómo me iba a colocar en el jardín para tomar el sol. Tuve tiempo de planearlo con calma, ya que como nadie pudo venir a buscarme y mi economía no está como para pedir taxis, cogí un bus que me llevó a la estación de Charleroi y de ahí un bus que me llevó a Gosselies. Para hacer un trayecto de unos 4 ó 5 km tardé una hora, no está nada mal.

Aún así cuando llegué a casa todavía había mucho sol en el jardín, así que me puse el bikini y ahí me planté en el columpio que tenemos. Estuve más de dos horas y sólo noté una pequeña sombra, perceptible únicamente por la marca que dejó el bañador. Como hoy no tenía nada mejor que hacer, he dormido hasta medio día y me he dispuesto a seguir el mismo plan. Hoy el sol era claramente más fuerte y me he puesto un poquito roja. Bueno vale, tengo el escote del mismo color que Babe, el cerdito valiente.

Me acabo de poner body milk y mi piel lo absorbe a una velocidad increíble. Claro, eso me pasa por pegarme desde la una de la tarde hasta las seis y media tirada a pleno sol y sin crema solar (porque no tengo y en la tienda de la gasolinera no vendían). De todos modos para el rato que me he pegado ahí poco me parece. Eso sí, parezco Ross Geller en el episodio aquel en que va a darse un bronceado artificial y está neeeegro, neeeegro por delante y blaaaanco, blaaaanco por detrás. La semana que viene tendré que ir irremediablemente a la playa en Barcelona para que todo mi cuerpo adquiera el mismo tono...

jueves, 8 de mayo de 2008

Buen vuelo

Ayer tuve uno de los mejores vuelos desde que empecé mi estrecha relación con Ryanair. Eso sí, antes del embarque me registraron hasta los dientes. Primero pité porque no me había quitado el collar, luego al pasarme el detector de metales móvil me sonaban hasta las chapitas de los vaqueros... mientras estaban en este proceso uno de seguridad pregunto: "¿De quién es esta maleta?" y grité, mientras tenía los brazos en cruz y las piernas separadas: "¡¡Mía!!", "¿Y este bolso?", mierda, era mío también... así que nada, me abrieron la maleta (no sé qué verían en los rayos láser que llevaba), y después de desorganizarlo todo vieron que no tenía nada. El proceso siguiente fue el mismo pero con mi maxi bolso, llevaba un pequeño joyerito y creo que les dio mal rollo tanto metal, porque me registraron los anillos y pendientes uno a uno. Unos 15 minutos después me dejaron ir, qué alivio.

El vuelo salió con su habitual retraso, 45 minutos. Menos mal que al final no quedé a comer con Marta y Erica porque no habría llegado, ni yo a comer ni ellas a la universidad. Al menos me fui con mis padres a la miguería ¡¡ñam!!

Y nada, hasta el domingo estoy en tierras mañas, espero veros.

martes, 6 de mayo de 2008

Decálogo para viajeros

Anoche llegué de París, que he pasado allí el puente con Artur y he de decir que ha sido increíble. Aunque para ser del todo honestos hemos tenido unos cuantos fallos de "viajero novato", así que para que no os ocurra lo mismo aquí os dejo unos cuantos consejos:

1. No viajes en puente, cuatro millones de personas han pensado lo mismo
Este consejo sobre todo es aplicable cuando el puente en sí es internacional, como éste que acaba de terminar. Si además la ciudad elegida es una gran capital, turística hasta en diciembre como es el caso de París, la combinación puede ser terrible. Esta confluencia de factores ha provocado que estuviéramos más de una hora y media haciendo cola en la Torre Eiffel y que para colmo cuando era nuestro turno nos dijeran que no había entradas para la última planta, que teníamos que ir a la segunda y allí volver a hacer una cola para la tercera. Por supuesto además del incordio, era más caro. En Disneyland pudimos montarnos en cuatro atracciones -literalmente- porque había colas de 70-80 minutos en cada una, así que al final del día, cuando los niños estaban cansados y la gente empezaba a marcharse, conseguimos montar en alguna.

2. Compra entradas anticipadas
A veces son más baratas y siempre te evitan hacer largas colas... muchas veces puedes comprarlas por Internet o en agencias de viajes de tu ciudad de origen.

3. Lee las críticas del hotel por Internet antes de elegirlo
Esto puede parecer un poco absurdo pero os aseguro que es necesario. Sino acabarás con un cuarto inundado porque se ha roto la cañería a las dos de la mañana y teniendo que cambiar todas tus cosas de habitación. Y encima dando las gracias porque la recepcionista de por la noche estaba muy ofendida de que la hubiéramos molestado porque ya estaba cerrado. Así que ya sabéis, en caso de inundación llama a los bomberos, o una conserje con el pelo grasiento y con la faja rebosando os echará la bronca.

4. Pide siempre a los japoneses que te hagan una foto
No te fíes de esos occidentales que llevan cámaras enormes, en realidad sólo lo hacen porque tienen complejos y necesitan sentirse más machotes con esos pedazo de objetivos. Te cuadran fatal la fotografía y encima tratan de hacerse los entendidos cambiándote la configuración de la cámara. Alguno hasta nos ha puesto el zoom y sólo nos ha sacado la cara. Los japoneses son siempre la apuesta segura.

5. Busca antes de la salida como ir y volver del aeropuerto a las horas que tienes tu vuelo
Artur y yo nos cabreamos un montón cuando nos dijeron que sólo había transporte público para el aeropuerto de Orly a partir de las seis de la mañana, y el vuelo salía a las siete, así que era técnicamente imposible llegar a tiempo. Luego resultó que sí que había e hicimos bilis tontamente por el pastón que iba a costar el taxi hasta allí. Esto nos lleva al consejo número 5.

6. No te fíes de la gente de información
Muchas veces tienen menos idea que tú. Preguntamos en la estación cómo llegar al aeropuerto a esas horas y nos dijeron que era imposible, que no había transporte a esas horas. Como luego vimos era falso, ya que los padres de Artur lo buscaron por Internet desde España. Después de dar mil vueltas por la estación de Lyon -porque cada persona que preguntábamos nos mandaba a un sitio distinto-, conseguimos encontrar la parada. Luego resultó mucho más efectivo el conserje de día del hotel, que no explicó donde estaba la parada al lado del mismo. En el Lovre nos pasó lo mismo, ya que la azafata no fue capaz de indicarnos dónde estaba una de las esculturas más famosas del museo.

7. Lleva maletas ligeras
Este consejo es sobre todo para la gente como yo, que lleva mil cosas que acaba no usando ¿Cómo no iba a coger unos zapatos de salir? ¿Y si nos apetecía tomar algo en un sitio más decente? ERROR. Estarás cansado de estar todo el día pateándote la ciudad, no te apetecerá ir a tomar nada, y si te apetece vete a un sitio menos fashion que te dejan entrar de cualquier forma. Además, en muchas paradas de Metro no hay escaleras mecánicas o ascensor, así que si no tienes a un mozo recio que te lleve la maleta, ésta acaba prácticamente rodando por las escaleras, y tú detrás de ella.

8. Sé fiel al National Geographic
Por algún motivo son líderes. Sus guías son las mejor organizadas, con fotografías en color que siempre ayudan si estás justo delante del edificio pero no lo encuentras. Además, separan por barrios las visitas, con un pequeño mapa de cada zona para que te ubiques mejor. Tienen una introducción bastante amplia de la historia del país y sus costumbres, como si tienes o no que dejar propina en un restaurante si quieres volver al día siguiente sin que te escupan en la sopa. Las de Lonely Planet también son buenas, pero se hacen muy pesadas porque el papel es mucho más áspero y no tienen ni una mala ilustración. El punto medio son las Top 10, que te explican por zonas las diez visitas imprescindibles, los diez restaurantes mejores (con detalles de precio y estilo, pero hay de todo), los diez mejores sitios de compras, etc. Éstas últimas son las mejores para un guiri de tipo medio, los que no se ven hasta la última iglesia de la ciudad pero que más o menos quieren tener una idea global.

9. Llévate un secador
Si eres propenso a los costipados llévate un secador o asegúrate de que alguien del viaje lo lleva. De lo contrario al segundo día estarás moqueando y la visita resultará mucho menos placentera. Este consejo es especialmente útil fuera de la estación estival. El año pasado cuando fuimos a Amsterdam todos se rieron porque me lo llevé, y lo cierto es que no hubo ni uno solo que no me lo pidiera, y eso que no hacía mucho frío.

10. Carga el iPod y la DS antes de salir
También puede parecer un consejo obvio, sin embargo caí en ese error de principiante y tuve que acabar buscando un kiosko que vendiera prensa española para no morirme de asco en el viaje de vuelta. Lo de la DS es sencillo, porque siempre que te lleves el cargador puedes solucionar el problema, lo del iPod ya es más complicado, porque sigo resistiéndome a pagarle a Apple lo que cuesta un cargador normal y por tanto, si no tengo el ordenador, no tengo iPod.