martes, 8 de abril de 2008

Dios existe

De lo contrario no habría aprobado el control de contabilidad. Os dije que mi única opción era que me entrara de repente la inspiración divina y efectivamente, así fue. Salí del examen pensando que me había ido hasta Bélgica a suspender mi primer examen de la carrera, pero resulta que me equivocaba ¡hasta me ha felicitado la profesora! Un 6.5, para no entender ni el idioma ni el mecanismo ya está bien. Es la constatación de los milagros existen, me pasé horas haciendo mis números a ver si conseguía pillar algo y en el subconsciente se depositaron los sedimentos del Plan Comptable Minimun et Normal (que es como llaman aquí al Plan General Contable). Pero muy, muy en el subconsciente.

Además hoy no ha llovido, hasta hace un poco de sol. Es la respuesta a mis plegarias. No quepo en mí de gozo. Como hemos salido a las doce y media de clase nos hemos ido a hacer turismo, que otra cosa no, pero me voy a recorrer hasta el último rincón de Valonia en estos meses. Llegar no ha sido complicado, aunque para salir nos hemos acabado metiendo por unos caminos de tierra con grandes pastos y vacas a lo lejos; aún no entiendo cómo no nos hemos quedado atascadas en uno de los enormes charcos que hemos atravesado.

La ocasión no pintaba apasionante: castillo, iglesia, vacas y ovejas. Sin embargo, después de pasarnos una media hora andando, hemos llegado hasta el Château de Fosteau. Este castillo era propiedad del General Reille, que casualmente era el general encargado de dirigir las tropas francesas en la batalla de los Sitios de Zaragoza en 1812. Justificaban de muy diversas maneras que salieran escaldados... pobres inocentes, no sabían que nosotras éramos aragonesas.

Supuestamente estaba cerrado, pero lo habían abierto para una visita guiada. Hemos preguntado que si nos podíamos acoplar y nos han dejado. No sabíamos que era una excursión del Imserso, pero nos ha dado igual y ahí nos hemos juntado con los abuelos, hablando con unos y con otros. Al final de la visita daban un trago a los que habían pagado por ella, así que ya nos parecía mal unirnos; pero los jubilados nos han dicho que fuéramos con ellos y hemos acabado bebiendo cerveza casera del castillo y haciéndonos fotos. Sí, fotos. Y ha sido de lo más divertido.

Desde que llegamos ha sido el primer día que nos los hemos pasado bien sin tener visitas de fuera que nos liberen de la agonía. Manda narices que haya sido gracias a los abueletes.

2 comentarios:

Erica Fustero dijo...

que tengas visitas no te excusa de actualizar el blog, cacho vaga!

Sara dijo...

No tengo Internet, estoy en un ciber ahora mandando desde Brujas los papeles!!!! cuando vuelva a tener conexion escribire.
Besos